Historia (L)

¿Casualidad o Causalidad?

Arriesgaban su vida por solo el placer de un par de horas, se arriesgaban por sentir la libertad que no podían mientras vivían sus rutinarias vidas. Por un juego de idas y vueltas, donde quedabas encerrado y no podías salir. Nada más importaba, más que tus pies, tu pelo, moviéndose al compás de la música, y mientras sentías el éxtasis del momento, el movimiento de tu cuerpo hacía que se deslizaran unas gotas extrañas que descendían desde él. Pero nada importaba este era tu momento.
Estabas en tu burbuja pero sin más, divisas una mirada, que hiela tu piel, y deja tu mente completamente en blanco. Una luz comienza a encenderse, sin importar la oscuridad del lugar, cada paso era automático, era vida a sus pies. Era aquel momento perfecto que solo se notaba en las películas.

Y así, cada uno buscaba entre las llamas que se encendían dentro en su interior, y entonces sus labios se encontraron mutuamente para fundirse en un beso, y ese efecto duro más allá de todos los tiempos.
Sin darte cuenta entras en el laberinto, que el vil destino había proporcionado, para luego reírse estrepitosamente al ver como trataban de volver a cruzar sus caminos, sin lograrlo.

El juego había llegado a su fin, no había vuelta atrás… misterios que no te dejaban descansar, palabras que no se pronunciaran, momentos que no podrás vivir y todo lo que no se había dicho quedara guardado bajo las siete llaves de sus cofres…

Despertar la mañana siguiente pensando que todo fue un sueño, y al pensar con más detalle, te ruborizas, sientes el sentimiento de culpa, mezclado con felicidad. Esperando con ansias el próximo momento de libertad, y el momento para encontrar un nuevo estimulo para disfrutar el nuevo camino.
Las brasas se fueron convirtiendo en cenizas cada vez mas, cuando sus corazones no podían estar cerca.

No era difícil de entender, ese momento fue único.

Sentir que sus caminos debían cruzarse de alguna manera, entender que debían encontrarse más sino esperar desfallecer de angustia al no sentir de nuevo nada comparado a lo vivido.
Si tan solo hubiera cruzado dos minutos antes la avenida, quizás hubiera llegado.

Tal vez hubiera impedido que todo sucediera. Ojala el final hubiera sido diferente.

Al menos una vez.

M e N T i R a