Siento como si hubieran pasado demasiados años desde que en alguna parte de lo que soy, algo en mí se rompió, sostuve por esos años que solo fueron un conjunto de muchas cosas, y volviendo hacia atrás no se donde ubicarme para encontrar ese punto.
Me detuve un momento, esperando ese instante de iluminación que me diera la respuesta, grité desde lo más profundo de mi garganta, ¡de mi ser! pero no encontré a nadie que se dignara a responder el llamado, hasta que comprendí que nadie iba a ser capaz, mas que mi misma.
Sin darme cuenta me había perdido en una calle sin salida, pero era muy tarde para notarlo, y ya no sabia como volver, no había indicaciones en ninguna calle de mi memoria. Todo lo que alguna vez había llegado a ser, estaba corrompido, dañado. Me senté porque la mochila era muy pesada, respiré profundo, me concentré en lo que veía, estaba observando un cielo profundo, con pequeñas luces, me sentí aliviada ya que el peso de la mochila reposaba sobre el piso. Estaba inmovilizada, asombrada por el brillo de esas pequeñas luces, de pronto recordé que esos pequeños soles, estaban a millones de kilómetros, más de los que yo pudiera contar. Decir que solo me sentí pequeñita, ínfima ante este magnifico paisaje, era poco. Mi mochila no se veía tan grande, era como yo, un granito de arena en el desierto....
